sábado, 18 de diciembre de 2010

El amor es la energía más básica y dominante que
existe. Es la esencia de nuestro ser y nuestro
universo. Es el componente fundamental de la
naturaleza que conecta y une todas las cosas, a
todas las personas.

Nuestra tarea es aprender, llegar a ser divinos a
través del conocimiento. Sabemos tan pocas cosas;
gracias al conocimiento nos acercamos a Dios, y
entonces podemos descansar. Después volvemos para
enseñar y ayudar a los demás.


El amor no es una abstracción, sino una energía de
verdad. Empieza a entrar en contacto con Dios en tu
interior. Siente el amor. Expresa el amor.

El amor disuelve el miedo. Cuando se siente amor no
puede temerse nada. Como todo es energía, y el amor
abarca todas las energías, todo es amor.

No tengamos miedo. Somos inmortales, espíritus eternos,
y somos siempre amados. De hecho, somos amor. No
morimos; cuando muere nuestro cuerpo físico, una
parte de nosotros sigue existiendo. Espíritu, alma,
conciencia. Es como atravesar un umbral para entrar
en otra habitación mayor, más luminosa.

Siempre nos rodea
el amor. Nuestros seres queridos no nos abandonan
nunca. Todos somos almas hermosas e inmortales.
Estamos en un cuerpo durante un tiempo, pero nuestra
esencia no es ese cuerpo.

Dentro de nuestra formas humanas, hay un ser
espiritual. Nuestra parte espiritual nunca muere.
Jamás perdemos a nuestros seres queridos. En
realidad, todos los seres humanos estamos conectados
para siempre,

La energía del amor es, en potencia, más fuerte que
cualquier bomba y más sutil que cualquier hierba. Lo
que sucede es que aún no hemos podido aprovechar esa
energía tan básica y pura. Cuando lo consigamos,
podrá darse una curación en todos los niveles,
individual y planetaria.

Nuestras almas siempre se sienten atraídas hacia el
amor. Cuando comprendamos de verdad el concepto de
que el amor es energía que lo abarca todo y que su
impulso curativo puede transformar con rapidez
nuestros cuerpos, mentes y almas, superaremos
nuestros males y nuestros dolores.

Olvídate del pasado. Ya no volverá. Aprende de él y
déjalo en paz. La gente madura y cambia
constantemente. No te aferres a una imagen limitada,
desconectada y negativa de una persona en el pasado.
Mírala como es ahora. Tu relación con los demás está
siempre viva, siempre en continuo cambio.

Ser feliz y divertirse no es malo ni es un pecado,
ni algo poco espiritual. Al contrario no avanzarás
hasta que aprendas a estar alegre.

Los seres humanos tenemos muchas dimensiones, pero
el tiempo no es como lo vemos, sino que se compone
de lecciones que se van aprendiendo.

Dios
lo es todo, una energía de amor que posee una sabiduría
y un poder incomprensibles. Todos estamos comprendidos
en Dios, porque él está en todos y cada uno de nosotros,
es la sustancia de nuestro ser.

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